lunes, 25 de junio de 2007

¿Quién merece vivir?

Recordaré algo de lo que platiqué con mis alumnos de preparatoria durante la clase de Ética acerca del tema de la eutanasia. Antes de pensar si debemos o no desconectar a una persona es preciso reflexionar qué es lo que hace que una persona valga, es decir, ¿Realmente es mejor que muera por que está sufriendo? pregunto yo ¿No se sufre también durante el parto? ¿Por que no matamos a las embarazadas? o mejor aún a todos los enfermos... esperen.. los ancianos también sufren ¿Por que no eliminarlos a todos?... Creo que no hemos identificado al enemigo verdadero pero definitivamente no es el sufrimiento, no lo es.
Nos convertimos en una sociedad asesina como consecuencia del hedonismo que nos rodea.

Homosexualidad... ¿Rentable?

Tomo de nuevo un tema de mi clase de ética: La homosexualidad. Antes de continuar debo aclarar que cuando me refiero a la homosexualidad no me refiero a los homosexuales. Las personas que tienen tendencias homosexuales merecen todo nuestro respeto y debe indignarnos todo tipo de discriminación hacia ellos. Pero la homosexualidad en sí, es decir la tendecia a preferir a personas del mismo sexo, no es objeto de mi respeto. Solapar las tendencias homosexuales es como solapar una enfermedad que afecta a todos como sociedad. Respeto a los homosexuales mas no a la homosexualidad. Es como decir, respeto a quienes padecen sida, pero no estoy a favor del sida. La homosexualidad puede tratarse como toda patología de orden psicológico. El problema es cuando nos quieren vender la homosexualidad no como patología, sino como "preferencia" y que además debe ser aceptada. Es algo así como sucede con la adolescencia. La adolescencia (contrario a la pubertad) no es una etapa biológica del ser humano, sino un mero invento de marketing. Establecieron una etapa entre la niñez y la edad adulta para tener un nicho especial de mercado. Así, nació la música para adolescentes, la ropa para adolescentes, los peinados para adolescentes, los automóviles para adolescentes, la comida para adolescentes, etc, etc. Esta idea ha sido bastante rentable alrededor del mundo. Y poco a poco este concepto se ha ido manejando en torno a la homosexualidad. Ya empieza a haber programas y películas para homosexuales, ropa para homosexuales, perfumes para homosexuales, etc. Al aceptarse la homosexualidad en nuestra sociedad se está abriendo un nicho de mercado que la hace bastente rentable. Por ello se busca que sea aceptada socialmente, y es incluso promovida (ya se escucha a veces que ser gay es cool) todo esto buscando que este mercado en crecimiento sea cada vez más grande. Pero cuidado, por que por avaricia podemos estar firmando nuestra sentencia de muerte como sociedad. La homosexualidad atenta contra la institución más importante... La familia, célula de toda sociedad. Promover la homosexualidad y aceptarla como solo una "preferencia" nos afecta a todos. Que no nos vendan falsas ideas de "igualdad de derechos" y de la aceptación de estas tendencias como si fuera algo propio de una sociedad avanzada, "open minded". No se dejen engañar por que detrás de todas estas ideas, el "dios dinero" mueve los hilos sin importar los estragos que pueda causar.

Hace más ruido...

Hace unos momentos escuchaba en la televisión cómo hablaba uno de los acusadores del Padre Marcial Maciel fundador de los Legionarios de Cristo. No le concedo la verdad a pesar de desconocer a fondo el tema. No le doy la razón por dos sencillas causas: Su historia (lo poco que alcancé a escuchar) tiene algunas inconsistencias. Segundo y para mí más importante: aparece en un momento especial de desacreditación sobre la Iglesia, sus pastores y sobre todo, su doctrina en el campo de la sexualidad, la cual está en abierto conflicto con el pensar de este siglo.
Pero suponiendo sin conceder, que los acusadores del Padre Maciel tengan razón, (lo cual no afectaría mi fe pues se trata de faltas en el orden moral y no doctrinal) es triste ver cómo los medios de comunicación se prostituyen promoviendo antivalores (con casos que van desde la caída de Edgar hasta el Crímen del Padre Amaro) en lugar de poner en alto las virtudes de tantas y tantas personas que son fieles a sus promesas e ideales ya sea en la vida matrimonial o religiosa. Cualquier infidelidad sirve de excusa para acusar a quienes se esfuerzan aún por ser fieles. Nadie habla de los miles que son fieles, pero como hablan de los 30 que son infieles. En verdad que hace más ruido un árbol que cae que 20 que van creciendo.

Una triste realidad

El Código Da Vinci ha sido fuente de numerosas reflexiones que he tenido en torno a los temas ahí tratados desde hace ya muchos meses. Estas reflexiones han sido principalmente en relación a la falsedad de su contenido. Pero ahora a unos días de haberse estrenado la película y que el tema se puso de moda más que antes, mi reflexión se centra en una triste realidad más alarmante que el desconocimiento de los cristianos a la mayoría de los temas tratados en el Código Da Vinci... Y es que la gran mayoría de quienes han visto la película saben perfectamente de que se trata de algo falso y sin embargo... disfrutaron la película. ¿Cómo es posible? ¡Se trata de una película herética en donde ofenden (aunque sepamos que es falso) a lo más sagrado que como cristianos debemos tener! ¿Cómo puedes tú que te dices cristiano disfrutar de esta película diciendo que no tiene nada de malo, que es sólo ficción, que es solo por entretenimiento, que es sólo por diversión? Es como si hicieran una película buenísima en donde dijeran que tu mamá es una prostituta, asesina y ladrona, aunque supieras que es falso ¿te divertiría? ¿La iriás a ver con tanto entusiasmo? ¿Aprobarías que la gente hablara de ello y pusiera en tela de duda la honra de tu mamá? Esa es la triste realidad: Cristianos sin celo, cristianos que no hacen el mínimo esfuerzo ni se entusiasman por conocer al verdadero Cristo, pero eso sí, escuchan chismes acerca de un Cristo falso como si se tratara de una estrella del momento y paran la oreja, se entusiasman y se vuelcan a las revisterías y librerías a gastar su dinero para escuchar más del chisme y no ven la hora para comentarlo. Entiendan, Cristo no es Superstar, es el Señor

Hola de nuevo

Paz y Bien

Bienvenidos de nuevo a mi Blog.

Espero que este espacio pueda actualizarlo con la frecuencia que siempre he deseado.

Iniciaré publicando algunos artículos que ya había publicado en mis blogs anteriores.

Gracias por visitar este espacio y que Dios los guarde